Eduard Pagès Bagudà

Nacido en l’Escala, un pueblo pesquero del Mediterráneo, he aprendido desde pequeña la adaptación a los cambios y el aprecio por los más mínimos detalles. Puede que sea el clima de la zona junto con la profesión de mis padres, me hizo observar cómo el pueblo tenía diferentes  vidas según la estación, usando casas, calles y plazas de manera diferente.

Desde que tengo memoria siempre he sentido cierta atracción por la arquitectura, muchas veces intuitiva, siendo mi acercamiento a esta disciplina un proceso que se ha ido moldeando a través de las reflexiones y comentarios de muchas personas -no necesariamente arquitectos- que he tenido la oportunidad de escuchar, leer o conocer. 

Creo que la arquitectura es un discurso de muchas voces, de muchos sentidos, donde no existe un único camino correcto. Éste, sin embargo, siempre debe satisfacer al ocupante más allá de la pura visión del espacio, siendo más una herramienta que un contenedor donde vivir.

Soy una persona atraída por los detalles, encontrando a veces belleza en los aspectos más desapercibidos o cotidianos, riquezas latentes que a veces no se revelan. Simplificar la forma y entender el lugar, dos claves del diseño. Todo objeto o construcción debe responder a un propósito, que más allà de darselo, lo solicita.